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Continuacion.

Me provocó adición, quería saber de todos los “EL” me imaginaba como se llamarían, como serían físicamente, me imaginaba el nombre completo de Mife, ¿Rodríguez? ¿Hernández? no, no puedo imaginarme un apellido Oaxaqueño.

El morbo me  hizo leer no se cuantos posts hacia atrás para atar cabos, pacientemente, uno a otro, pero todo sin hacer contacto en los comentarios, ¿la razón? Era absurdo que yo hiciera contacto con alguien que le gustaran los cómics, no mames, yo no entiendo a la gente adulta que lee cómics, ¿que pex con esos weirdos? No te ofendas Tigre, finalmente llegue a la conclusión de que el weirdo soy yo. Parece mentira, a mi edad apenas estoy aprendiendo, a aceptar a las personas con todas sus diferencias. Y he aprendido a no tomar los comentarios o la falta de estos de una manera tan personal que me puedan herir.

El Tigre ha hecho tantas cosas que me hubiese gustado hacer. Entre entre otras muchas cosas, actuar al primer impulso, mandar todo a la mother, o levantarse cuando es a ti al que han mandado a la chingada, e iniciar de nuevo. Podria jurar que a muchos les hubiese gustado amar como el amó al Caneko.

Alguna vez mencionó que el ser impulsivo era un defecto, para mi no lo es, dependiendo de las circunstancias puede ser una virtud.

Bueno este post no tiene pies ni cabeza, para mi escribir es difícil, pero esto lo es mas, hay muchas, muchas cosas que decir pero no puedo acomodarlas y ya me cansé. Ya no daré premios Liebster prefiero dedicarte un post. Bye Tigre.

Ha, también me imaginé cuando bailabas danzón con la Doña que te rentaba la casa, moviendo sus pompas flácidas y enormes al compás de “Ropa Interior”. En una casa pintada de blanco, con plantas a la entrada, envueltos en el calor húmedo de Mérida.